miércoles, 2 de mayo de 2007


Esta fue nuestra pésima experiencia vacacional del año pasado:
En el verano del año pasado (2006), alquilamos la Casa Rural La Bordica, ubicada en Valcarlos - Luzaide (Pamplona), propiedad de Doña Rosa Arrosagarai, propietaria también de las casas Etxezuria, (Valcarlos).

La alquilamos una semana -la del 30 de julio-, pero sólo estuvimos una noche porque la vivienda estaba insoportablemente sucia y descuidada, por no hablar del olor a humedad o del ruido (la vivienda está justo en una curva, encajonada entre la montaña y la carretera). Nos quejamos a la propietaria, quien prefirió mirar para otra parte y por supuesto no nos devolvió el dinero (Habíamos cometido el gran error de pagar antes de ver la vivienda).

Pagamos la Bordica por una semana, pero sólo estuvimos una noche. Cuando nos fuimos de la casa, camino de Roncesvalles, hicimos varias paradas en las casas que vimos por el valle para ver si alguna estaba libre. Todas estaban alquiladas. Una amiga, desde Madrid, a la vez, buscaba casas por la zona. Todas ocupadas. A primera hora de la mañana habíamos estado en Francia, y tampoco encontramos nada.

En plena temporada alta, no encontramos otra casa en que quedarnos, ni tampoco un hotel que se adecuara a nuestro presupuesto y a nuestras necesidades. (llevábamos un perro muy grande y mucho equipaje: lo que necesitábamos era una casa, no un hotel).
Desesperados, decidimos regresar a Madrid (al día siguiente de llegar a Pamplona). Catorce horas de viaje en dos días. ¿Os podéis imaginar el sentimiento de frustración y enfado que sentimos al llegar de nuevo a nuestra ciudad?. ¿Os podéis imaginar lo que es quedarse sin vacaciones el 1 de agosto?.
Llegamos a Madrid sobre la una de la madrugada, frustrados, abatidos, con la sensación amarga de haber sido estafados. ¿Puede valorar alguien el riesgo que corrimos en la carretera después de un día tan agotador?.
Al llegar a Madrid pusimos una reclamación al Gobierno de Navarra, que inspeccionó la Bordica en el mes de septiembre. Para demostrar que nuestra historia es cierta hemos escaneado el acta que levantó el Gobierno de Navarra tras la inspección.

Estas son algunas perlas que el gobierno regional le suelta a doña Rosa Arrosagarai:
La vivienda no se encuentra en las debidas condiciones de mantenimiento y limpieza. Se aconseja a al propietaria: pintar puerta y ventana de planta baja, limpiar varias zonas, especialmente enchufes, cristales…” (los puntos suspensivos figuran en el texto, era imposible enumerarlo todo), “cambiar parte de la vajilla y menaje, enseres, alfombrilla de la bañera” No nos sorprende que los inspectores repararan en la alfombrilla, nosotros la despegamos de la bañera y no os contaremos lo que allí había para no herir sensibilidades. Nos duchamos con chanclas. Después de una ducha amarga, ni siquiera nos pudimos hacer un café porque la propietaria no se había molestado en mirar que la bombona de gas estaba vacía.
El acta continúa: “La vivienda está situada junto a la carretera, por lo que se oye el ruido de coches y camiones al pasar”. Nosotros añadimos que está en plena curva, encajonada entre la montaña y la carretera. “Se nota en la casa cierto olor a humedad, pero no es insoportable”. Para nosotros lo peor de todo era el olor a humedad. ¿Sentiría vergüenza Doña Rosa al tener que firmar un documento en el que el Gobierno de su Comunidad Autónoma le pide por escrito que cambie la alfombrilla de la bañera?. En septiembre se sintió obligada a devolvernos el dinero. (se lo habíamos exigido en un buró fax nada más llegar a Madrid).

A pesar de lo ocurrido, Doña Rosa, sin duda ultrajada por la inspección de su benemérita propiedad, ni siquiera nos ha pedido perdón por lo ocurrido, que habría sido lo más honrado y lo más inteligente. En vez de reconocer su culpa, que es evidente y está documentada, la propietaria arroja una cortina de humo negro sobre nosotros en forma de variopintas acusaciones. Dice que no la avisamos de que llevábamos un perro y que reservamos una habitación en un hotel de Valcarlos el día que llegamos, después de ver la Bordica. Todo menos reconocer su evidente falta, y disculparse. Ambas acusaciones son falsas ¿Tiene sentido llevar un perro de treinta quilos y no comunicárselo a la propietaria?, ¿Por qué no nos dijo nada del perro cuando nos entregó las llaves de la vivienda?. Humo negro sobre su irresponsabilidad.
Ya en la apoteosis de la infamia y de la insolencia, doña Rosa se atreve a echarnos en cara el "lucro cesante", es decir, el dinero que ella ha dejado de ingresar por nuestra culpa. Nosotros le hemos respondido que no lo llame lucro cesante, mejor lo llame lucro ilícito, el que ella ha obtenido por no quitarle la roña a la Bordica. Insultante.
Como somos honrados, y en honor a la verdad, nos consta que la propietaria, tras la amonestación del Gobierno de Navarra, ha realizado todas las reformas que se le “recomienda” en el documento. Lo cual no quita para que la vivienda siga siendo incómoda, ruidosa y esté encajonada entre una curva de la carretera y la montaña. ¿Y seguirá el olor a humedad?. Nosotros pensamos que la Bordica está muy lejos de ser una Casa Rural con mayúsculas. Hablamos con mucha gente cuando buscábamos casa, y todo el mundo conocía la mala fama de “esa casa situada en plena curva de la carretera”. La conocían incluso en Francia.

Como podemos probar documentalmente todo lo que os hemos contado, estamos valorando presentar una demanda judicial por daños y perjuicios contra la Sra. Arrosagarai. Aconsejados por nuestro abogado, hemos exigido por escrito una indemnización por daños y perjuicios a la propietaria de la vivienda (en absoluto abusiva, habida cuenta de todo lo que pasamos aquel día). Doña Rosa califica nuestra demanda como un "chantaje".

Nos gustaría en esta página dar las gracias al Gobierno de Navarra por atender con tanta diligencia y amabilidad nuestra reclamación. Y al mismo tiempo amonestarle seriamente por no hacer inspecciones periódicas de las viviendas que llevan su licencia. Nosotros les hemos contado nuestra historia a nuestros amigos y nadie puede entender que haya pasado en Navarra, comunidad pionera del turismo rural de calidad.
Lo cierto es que a nosotros no nos quedan ganas de volver a Navarra en mucho tiempo. Desearíamos que el Gobierno de esta comunidad, subsidiariamente, se disculpase por lo ocurrido.

A todas las personas que lean esta página y tengan responsabilidad en el ámbito del turismo, pedirles que no consientan que vuelva a repetirse una historia tan triste como la nuestra. Y a la Sra Arrosagarai, decirle que no solo es usted una deplorable profesional, además es usted una persona irreflexiva y soberbia. Queda usted retratada en este blog.

Rafael Rodríguez González (Economista) y José Manuel Guzmán Soria (Educador). Madrid